martes, 25 de febrero de 2014

Un primer acercamiento

Como esta es la primera entrada, y en principio el único requisito era escribir, supongo que una primera toma de contacto adecuada sería presentar el tema que en estos momentos estoy trabajando para el TFM y cómo creo que se puede relacionar con esta asignatura después de lo visto en la primera clase que tuvimos; y como esto no deja de ser un interloquio, intentaré no extenderme demasiado.

Mi proyecto pretende un análisis de discurso de la rebeldía en M68' y el 15M, y hacer análisis de discurso supone rastrear en los discursos, escarbar en ellos para encontrar qué es lo que esconden; no es simplemente considerar aquello que explícitamente se dice, sino más bien, averiguar qué conlleva lo dicho y qué lleva detrás. Por su parte, la rebeldía supone ya de por sí una categorización, y pueden haber distintas definiciones según diferentes autores, aunque para mí, hay una que se eleva sobre las demás: es la de Albert Camus, que en uno de sus libros más célebres, 'El hombre rebelde', dice así: "¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no; pero si niega, no renuncia. Es un hombre que dice sí desde su primer movimiento?" En realidad, lo que dice Camus aquí, es que alguien que se rebele contra algo, no debe negarlo simplemente, sino elevarse sobre ello: aquello que no se desea se rechaza en función de lo que se desea; es decir, que el rebelde es un hombre que ha de saber: ha realizado un juicio de valor, en virtud de él, tiene criterio para saber qué es lo que quiere y lo que no quiere. Y añade Camus, que de esta manera, la rebeldía es una dimensión esencial en el ser humano; un ser humano que no pretende destruir, sino crear. Y en mi opinión, desde esta perspectiva, la rebeldía se convierte en un concepto realmente atractivo. No se puede considerar a las grandes figuras de la historia sin declararlos rebeldes en su máxima expresión: desde Alejandro Magno, a Marttin Luther King o Nelson Mandela y muchos otros. Son todos ellos personas que se negaron a admitir lo que ya estaba creado como el fin último para dar lugar a cosas nuevas.

Y es más o menos ahí donde yo veo una ligazón innegable con la innovación: porque si la innovación es crear cosas nuevas, en primer lugar habrá que destronar lo viejo para dar lugar a lo nuevo; y de esta manera, el hombre innovador no deja ser en gran medida -y no sólo en gran medida, sino en su origen-, un hombre rebelde.

Pero como esto es sólo un interloquio, este será un buen punto y seguido hasta lo que está por venir. Y como un interloquio no deja de ser una palabra que ni siquiera aparece en el diccionario, fue el punto perfecto para dar comienzo a la innovación.

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